La pesca practicada tanto en los ríos como en el mar arrojó en 2005 un volumen de capturas de 63.608 toneladas.
Cientos de sursudaneses se ganan la vida con la caza furtiva en el condado de Terekeka, donde venden sus mercancías en el mercado negro, pero algunos ya han abandonado esta actividad para dedicarse a la pesca legal en el Nilo Blanco de la mano de un programa gestionado por una oenegé local.